Pese a que el cura, soltara un sermón impresionante sobre el matrimonio, lo cierto es que la ceremonia fue breve y amena. Para el recuerdo el momento en que no se acordó del nombre de David. Se nota que David sabe tratar a sus amigos, y es que un autobús nos esperaba en la puerta de la Iglesia para llevarnos al sitio. ¡Pedazo de organización!
El convite, magnífico. Hay rumores de que más de uno se bebió hasta el agua de los floreros. En general, fue una de esas bodas que quedará en la retina de muchos.
Desde el blog lucha murcia y en nombre de los que formamos la lucha murciana, os queremos dar las gracias por el gran día que nos brindasteis, desearos los mejores deseos y daros la enhorabuena a los dos por este gran paso en vuestras vidas.
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